En la cultura egipcia el faraón tenía gran importancia ya que era considerado casi un dios, por lo que a la hora de representarlo, las esculturas eran idealizadas. Por ejemplo en la imagen que se muestra ambos miembros poseen la misma cara o rasgos muy similares. Asímismo en ambos se puede apreciar una gran rigidez, no se muestra expresión alguna en sus rostros, y poseen un claro eje de simetría, además de estar representados totalmente de frente.
Concretamente en esta escultura se pueden apreciar partes realizadas en relieve y otras en bulto redondo.
En la escultura del escriba al ser un ciudadano corriente, a pesar de que sigue habiendo cierta simetría la postura es mucho más natural, menos rígida y los rasgos faciales son mucho más naturales y únicos para cada escultura. Está realizada en su totalidad en bulto redondo
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