La pintura visigoda se reducía básicamente a las miniaturas que se hallaban en los códices, escritos en el periodo anterior a la imprenta. Las miniaturas encontradas en ellos se caracterizaban principalmente por su gran expresividad, conseguida a través de un contorno muy marcado, las figuras representadas eran muy rígidas, en ellas cabe destacar el tamaño de las manos para intensificar la tensión espiritual y los ojos. Los fondos suelen ser muy intensos y se encontraban divididos en franjas horizontales
Las pinturas romanas tomaron todas las características de las pinturas griegas. Debido a la pobreza de los materiales empleados en la construcción de edificios, se desarrolló la pintura mural, realizada con la técnica del fresco, con el fin de embellecerlos. En este tipo de pinturas es frecuente que se emplee una amplia gama cromática sumando varios colores más a los ya empleados en las culturas griega y egipcia. Estas pinturas se caracterizan por ser de carácter naturalista y lleno de detalles, aunque siguen manteniendo una cierta influencia de la pintura idealista .
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